25 de mayo de 2012. Sala Porta Caeli. Valladolid.
He leído sus traducciones, pero nunca he intentado memorizar sus letras.
Como mucho soy capaz de chapurrear algún estribillo, pero mi gusto por
Berri Txarrak va mucho más allá de eso.
A eso de las once y media salieron los navarros a darnos una lección
magistral, todo un ejemplo sobre cómo saltar al escenario de una Porta
Caeli con una entrada 'mediocre' y convertirlo todo en una gran noche de
rock. Sin artificios, sin tatuajes a la vista, sin parafernalias. Sólo
tres tipos haciendo música, no necesitan más.
Gorka Urbizu es el estandarte y único representante de la banda
original, pero la renovada formación nos hizo olvidar eso enseguida,
demostrando su destreza con los instrumentos y su entrega a partes
iguales. Es como si Berri Txarrak hubieran sido siempre esos tres tíos
que teníamos ante nosotros. Conectaron con el público desde el minuto
uno, y con
Izena, tercera en sonar, ya nos tenían a todos en el bolsillo.
Rescataron algunos temas de los primeros trabajos y repasaron los
últimos. Con el permiso de
Payola y
Haria, las canciones de
Jaio.Musika.Hil, sin duda uno de los mejores discos de la pasada
década, siguen teniendo un gran peso, como no podía ser de otra forma.
Pasado el ecuador del concierto sonó precisamente
Jaio, canción capaz
de hacer que a uno se le encoja el pecho y que parezca que los pies no
tocan el suelo. Ése es el poder de la música. Gracias a cosas como esta
todo tiene sentido.
Algo parecido sucedería poco después con
Zertarako amestu + Berba eta
irudia, o con
Denak ez du balio, con el bajista, enorme en todo
momento, haciendo las veces de Tim McIllrath. Da gusto ver tan de cerca
a una banda que cree en lo que hace de esa manera. No importa si de vez
en cuando alguna nota o algún tono no sale perfecto cuando eres capaz de
componer y ejecutar melodías dotadas de tanta fuerza y capaces de
transmitir tanto.
Poco después llegaron los bises para acabar de poner las primeras filas
patas arriba y finalizar una actuación soberbia.
Quizá fue la Final de Copa, quizá que andamos muy jodidos de pasta, pero
estos tíos se merecían mejor entrada, y ya sabemos que esto es
Valladolid y aquí llenan los de siempre, pero esperemos que los Berri no
tarden otros 6 años y pico en volver.
David Izquierdo